Aislados como estamos de Dios-
los vigilantes de los desechos civilizados
giran sus señales en nuestro camino.
Leprosos de la luna
todos mágicamente enfermos
caminamos entre ustedes
inocentes
de nuestras luminosas heridas
desconociendo
cómo la perturbación enciende
en nuestro espíritu
la pasión del Hombre
hasta que nos dan vuelta las blandas caras de imbécil
como desnudas nalgas en parodias aborígenes
somos los payasos sacerdotales
que se alimentan de viento y estrellas
y roñosos pastos de pobreza
nuestra voluntad está formada
por curiosas disciplinas
más allá de sus leyes.
Podemos nacer de ustedes
o casarnos con ustedes
la suerte de su carne
no es nuestro destino.
La coraza del alma
todavía brilla.
Y estamos inadvertidos
si confunden
brevemente
degradación con posesión.
En las crudas cavernas del Creador
forjamos la oscuridad del Caos
hacia la imperiosa joyería del Universo
-la Belleza-
Mientras ante sus ojos
Una delicada cosecha
de inmortales criminales místicos
se apoya sobre la guadaña del censor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Ajám...