lunes, 23 de octubre de 2017

A Antonin Artaud – de Jacques Prevel

Y si un día un hombre se alzase entre los hombres
y si un día un hombre avanzase entre los hombres
…para ser mi amigo.
Un hombre lo suficientemente puro para ponerme a prueba
…por completo.
Un hombre lo suficientemente loco y vacío de sentido para
…entenderme.
Un hombre de mi raza
pero que haya quebrado los fracasos y los temores
y que leería a través de los innumerables años.
Un hombre que no temería mis sarcasmos
y no temería mi odio
quizás sin espanto
quizás lo reconocería antes de hundirme en la
…noche.
3 de febrero de 1945.

martes, 10 de octubre de 2017

En una pared en las calles de Rosario - Roberto Bolaño!

No enfermarse nunca
Perder todas las batallas
Fumar con los ojos 
entornados y recitar bardos
provenzales
en el solitario ir y venir de las
fronteras
Esto puede ser la derrota
pero también el mar
y las tabernas
El signo que equilibra
tu inmadurez premeditada y
las alegorías
Ser uno y débil y moverse.

Poema visto/encontrado en una pared en las calles de Rosario por el 2011 u 2012.

jueves, 5 de octubre de 2017

El burro - Roberto Bolaño

A veces sueño que Mario Santiago
viene a buscarme con su moto negra.
Y dejamos atrás la ciudad y a medida
que las luces van desapareciendo
Mario Santiago me dice que se trata
de una moto robada, la última moto
robada para viajar por las pobres tierras
del norte, en dirección a Texas,
persiguiendo un sueño innombrable,
inclasificable, el sueño de nuestra juventud,
es decir el sueño más valiente de todos
nuestros sueños. Y de tal manera
cómo negarme a montar la veloz moto negra
del norte y salir rajados por aquellos caminos
que antaño recorrieran los santos de México,
los poetas mendicantes de México,
las sanguijuelas taciturnas de Tepito
o la colonia Guerrero, todos en la misma senda,
donde se confunden y mezclan los tiempos:
verbales y físicos, el ayer y la afasia.
Y a veces sueño que Mario Santiago
viene a buscarme, o es un poeta sin rostro,
una cabeza sin ojos, ni boca, ni nariz,
sólo piel y voluntad, y yo sin preguntar nada
me subo a la moto y partimos
por los caminos del norte, la cabeza y yo,
extraños tripulantes embarcados en una ruta
miserable, caminos borrados por el polvo y la lluvia,
tierra de moscas y lagartijas, matorrales resecos
y ventiscas de arena, el único teatro concebible para nuestra poesía
Y a veces sueño que el camino
que nuestra moto o nuestro anhelo recorre
no empieza en mi sueño sino en el sueño
de otros: los inocentes, los bienaventurados,
los mansos, los que para nuestra desgracia
ya no están aquí. Y así Mario Santiago y yo
salimos de la ciudad de México que es la prolongación
de tantos sueños, la materialización de tantas
pesadillas, y remontamos los estados
siempre hacia el norte, siempre por el camino
de los coyotes, y nuestra moto entonces
es del color de la noche. Nuestra moto
es un burro negro que viaja sin prisa
por las tierras de la Curiosidad. Un burro negro
que se desplaza por la humanidad y la geometría
de estos pobres paisajes desolados.
Y la risa de Mario o de la cabeza
saluda a los fantasmas de nuestra juventud,
el sueño innombrable e inútil
de la valentía.
Y a veces creo ver una moto negra
como un burro alejándose por los caminos
de tierra de Zacatecas y Coahuila, en los límites
del sueño, y sin alcanzar a comprender
su sentido, su significado último,
comprendo no obstante su música:
una alegre canción de despedida.
Y acaso son los gestos de valor los que
nos dicen adiós, sin resentimiento ni amargura,
en paz con su gratuidad absoluta y con nosotros mismos.
Son los pequeños desafíos inútiles -o que
los años y la costumbre consintieron
que creyéramos inútiles-los que nos saludan,
los que nos hacen señales enigmáticas con las manos,
en medio de la noche, a un lado de la carretera,
como nuestros hijos queridos y abandonados,
criados solos en estos desiertos calcáreos,
como el resplandor que un día nos atravesó
y que habíamos olvidado.
Y a veces sueño que Mario llega
con su moto negra en medio de la pesadilla
y partimos rumbo al norte,
rumbo a los pueblos fantasmas donde moran
las lagartijas y las moscas.
y mientras el sueño me transporta
de un continente a otro
a través de una ducha de estrellas frías e indoloras,
veo la moto negra, como un burro de otro planeta,
partir en dos las tierras de Coahuila.
un burro de otro planeta
que es el anhelo desbocado de nuestra ignorancia,
pero que también es nuestra esperanza
y nuestro valor.
Un valor innombrable e inútil, bien cierto,
pero reencontrado en los márgenes
del sueño más remoto,
en las particiones del sueño final,
en la senda confusa y magnética
de los burros y de los poetas.

Humanidad te amo - E.E. Cummings

Humanidad 
te amo
porque preferirías embarrar las botas del
éxito antes que preguntar de quién es el alma que cuelga de la
cadena del reloj lo cual sería vergonzoso para ambas
partes y porque
aplaudís resueltamente todas
las canciones que contengan las palabras país casa y
madre cuando las cantan en el viejo teatro
Humanidad te amo porque
cuando andás pobre empeñás
tu inteligencia para comprarte un trago y cuando
te echan tu orgullo impide
que te acerques a las casas de empeño y
porque estás continuamente haciendo
cosas molestas pero más
que nada en tu propia casa
Humanidad te amo porque
estás perpetuamente poniendo el secreto de
la vida en tus pantalones y te olvidás
que está ahí y te sentás
en él
y porque estás
siempre haciendo poemas en el regazo
de la muerte
Humanidad
te odio.

Sweeney entre los ruiseñores - T. S. Eliot

Sweeney cuello de simio extiende sus rodilla
descolgando sus manos para reír,
hinchándose hasta parecer Jirafa.
Los círculos de la luna tormentosa
se deslizan hacia el este, hacia el río de la Plata.
la Muerte y el cuerpo se desvían arriba
y Sweeney guarda los pórticos encornados.
El tenebroso Orión y el perro
están velados; y calmados los estremecidos mares;
la persona en la capa española
trata de sentarse sobre las rodillas de Sweeney;
resbala y empuja el mantel de la mesa
vuelca una taza de café
se reorganiza en el suelo
bosteza y se sube una media;
el hombre silencioso vestido de marrón moka
se deja caer en el alfeizar de la ventana y bosteza;
el camarero trae naranjas
bananas, higos y uvas de invernadero;
el silencioso vertebrado marrón
se contrae y concentra, se quita;
Rachel Née Rabinovich
arranca las uvas con garras asesinas;
ella y la dama en la capa
son sospechosas, se piensa están ligadas;
por lo tanto el hombre con ojos pesados
rechaza el gambito, muestra fatiga;
deja el cuarto y reaparece
fuera de la ventana, inclinándose
ramas de glicinas
circunscriben una mueca dorada.
El anfitrión conversa con alguien indistinto
conversa aparte en la puerta,
los ruiseñores están cantando cerca
del convento del Sagrado Corazón
y cantaron dentro de la arboleda sangrienta
cuando Agamenón gritó
y dejaron caer su líquido dividido
para mancillar el duro, deshonrado sudario.

Gerontion - T. S. Eliot [en Lolita de Vladimir Nabokov]

1. Irónica alusión al poema «Gerontion», de T. S. Eliot:
Tú no tienes ni juventud ni vejez
sino como si fuera una siesta después de comer
soñando con ambas cosas.
Aquí estoy, viejo en un mes seco,
mientras un niño me lee, esperando que llueva.
No estuve ni a las Puertas Calientes
ni combatí en la lluvia cálida
ni me hundí en el pantano salitroso,
con un machete en mano,
picado por las moscas, combatido.
Mi casa es una casa en ruinas
y el judío se acurruca en el umbral de la ventana,
el propietario, el desovado en algún cafetín de Amberes,
llagoso en Bruselas, apañado y desollado en Londres.
El cabrón tose por la noche campo arriba;
rocas, musgo, hierro, mierdas.
La mujer cuida la cocina, prepara té,
estornuda por la tarde, escarba en el sumidero.

Soy un viejo,
un zopenco entre espacios de viento.
Los signos se toman por maravillas: 
Queremos ver una señal
La palabra entre palabras,
incapaz de decir una palabra,
envuelta en tinieblas.
En la adolescencia del año vino Cristo el tigre.

En el depravado mes de Mayo,
cornejo y castaño, floreciendo el árbol de Judas,
para ser comido, dividido,
bebido entre cuchicheos; por el señor Silvero
con manos cariñosas,
en Limoges dando vueltas,
en el cuarto del lado, toda la noche;
por Hakagawa, haciendo reverencias entre Tizianos;
por madame de Tornquist, en el oscuro cuarto
cambiando de lugar las velas;
Fraülein von Kulp, que se dio vuelta en el zaguán,
una mano en la puerta.
Vacías lanzaderas tejen el viento.
No tengo fantasmas,
un hombre viejo en una casa de vientos
bajo una colina de ventisca.

Después de saber, ¿Cuál perdón?
Ahora piensa que la historia tiene
muchos y mañosos pasadizos,
urdidos corredores y propósitos,
engaña con susurrantes ambiciones,
nos lleva entre vanidades.
Ahora piensa que ella da cuando estamos distraídos
y lo que da, lo da con tan sutiles confusiones
que la donación da hambre al deseoso:
da muy tarde aquello en que no se cree,
o si aún se cree, en la memoria sólo,
reconsiderada pasión es.
Da muy pronto.
En débiles manos, lo pensado puede ser desechado
hasta el rechazo, propagando miedo.
Piensa, ni el miedo ni el coraje nos salvan.
Vicios no naturales son engendrados por nuestro heroísmo.
Las virtudes nos son impuestas
por nuestros impúdicos crímenes.
Estas lágrimas caen de un árbol iracundo.

El tigre salta sobre el nuevo año.
Nos devora.
Piensa, por último:
no hemos llegado a una conclusión,
cuando endurezco en una casa de alquiler.
Piensa, al fin, no he hecho este espectáculo
sin propósito y no es por ninguna instigación
de los demonios interiores.

Coincidiría contigo sobre esto honestamente.
Yo que estaba cerca de tu corazón fui apartado de él
perdiendo la belleza en el terror, terror de preguntar.
He perdido mi pasión:
¿por qué necesitaría conservarla
cuando aquello que debe conservarse será adulterado?
He perdido mi vista, mi olfato,
mi oído, el gusto y el tacto:
¿Cómo habría de usarlos para estar cerca de ti?

Estos, con mil pequeñas deliberaciones
dilatan el beneficio de su helado delirio,
excitan la membrana, cuando el sentido se ha enfriado,
con salsas picantes, multiplican la variedad
en una selva de espejos.
¿Qué hará la araña,
suspender sus actos;
podría el gorgojo retrasarse?
De Bailhache, Fresca, la señora Cammel,
giraban más allá del circuito de la estremecida Osa
en fracturados átomos. Gaviota contra el viento,
en los ventiscos estrechos de Isla Bella,
o corriendo al cabo de los Hornos
plumas blancas en la nieve,
el Golfo se las lleva,
y un viejo empujado por los Alisios
a un rincón soñoliento.

Inquilinos de la casa,
pensamientos de un cerebro seco
en una seca estación.

sábado, 20 de mayo de 2017

Dos poemas de William Carlos Williams

ACACIA EN FLOR
De
entre
la verde

tenaz
vieja y
brillante

rama
rota
surge

el blanco
y dulce
mayo

otra vez.

POETA CON CABEZA DE CERDO
Todo lo que hago
todo lo que escribo
me aleja
de quienes quiero

Si es bueno
quedan confundidos
si es malo
avergonzados

Corro un riesgo enorme
hacia el amor que me tienen
camino descalzo
por arenas movedizas.

miércoles, 10 de mayo de 2017

Este amor - Jacques Prévert!

Este amor
tan violento
tan frágil
tan tierno
tan desesperado
Este amor
bello como el día
y malo como el tiempo
cuando hace mal tiempo
Este amor tan verdadero
este amor tan hermoso
tan feliz
tan alegre
y tan irrisorio
Temblando de miedo como un niño en la oscuridad
y tan seguro de sí mismo
como un hombre tranquilo en medio de la noche
Este amor que daba miedo a los otros
que les hacía hablar
que los hacía palidecer
Este amor acechado
porque lo acechábamos
Acosado herido pisoteado rematado negado olvidado
porque lo acosamos herimos pisoteamos rematamos negamos olvidamos
Este amor íntegro
tan vivo aún
y soleado
es el tuyo
es el mío
Ese que ha sido
ese algo siempre nuevo
y que no ha cambiado
Tan verdadero como una planta
tan tembloroso como un pájaro
tan cálido, tan vivo como el verano
Juntos podemos los dos
ir y venir
podemos olvidar
y después volvernos a dormir
despertarnos envejecer sufrir
volvernos a dormir
soñar con la muerte
despertarnos sonreír y reír
y rejuvenecer
Nuestro amor sigue allí
empecinado como un borrico
vivo como el deseo
cruel como la memoria
ridículo como los arrepentimientos
tierno como los recuerdos
frío como el mármol
hermoso como el día
frágil como un niño
Nuestro amor nos mira sonriendo
nos habla sin decir nada
y yo lo escucho tembloroso
y grito
grito por ti
grito por mí
Te suplico
por ti por mí por todos los que se aman
y los que se han amado
si le grito
por ti por mí y por todos los demás
que no conozco
Quédate
allí donde estas
donde estabas antes
Quédate
no te muevas
no te vayas
nosotros los que somos amados
te hemos olvidado
pero tú no nos olvides
sólo te teníamos a ti sobre la tierra
no dejes que nos volvamos fríos
aunque sea cada vez desde más lejos
y desde donde sea
Danos señales de vida
mucho más tarde desde el rincón de un bosque
en la selva de la memoria
surgiendo de repente

tiéndenos la mano
y sálvanos.

Ahora y nada - Mario Benedetti

AHORA Y NADA
Tot és aura i res!
   Joan Vinyoli
Tengo un trabajo conjurado y denso
pero no importa, lo interrumpo
necesito una tregua con distancia
una paz despojada de ansiedades
un ocio sin escrúpulos de ocio

me siento en la terraza a no hacer nada
ni siquiera a leer un texto fácil
tan sólo que las manos se abandonen
los ojos se habitúen al otoño
la espalda a estar sin alas

allá abajo la plaza verde y ocre
con sus perros higiénicos y ágiles
que se vengan de encierro y celibatos
miro el cielo naranja cruzado por antenas
y sólo al encontrarme con 
los rumores metropolitanos
existe la ciudad remota y próxima

mientras hamaco mi ocio
tengo que defenderlo
y sobre todo 
tengo que aprender a gozarlo
de pronto asumo que este instante
nada ritual es un oasis
la discutible soledad
en la que puedo ser yo mismo
vaya a saber lo que uno sabe
para quedarse aquí tapando aullidos
olvidando las horas en acecho
uniendo las mitades de la vida

es una calma gris sin concesiones
y sin los desencuentros de la urgencia
una tranquilidad convaleciente
y algo tediosa, claro

no sé si este sosiego es necesario
de todos modos no es inexpugnable
lo asedian los recuerdos cenagosos
las pálidas vergüenzas
el oscuro subsuelo de la calma
las mágicas palabras nunca dichas
los silencios violados
los gestos abrasados y abrazantes
los yermos del amor
los mitos resurrectos
la araña con su tela de rencores
la furia sin rescoldo
el corazón sin huésped

es una calma desvelada
por las fogatas que apagué
y por la infancia que me espía
mi vigilia en desorden tiene puestas
sus miradas en la paz temblorosa
la que mueve los árboles sin pájaros
como si les quitara un sortilegio
y también tiene puestas sus esperanzas 
en la astucia de mi memoria 
que da y quita 
huellas y nombres
voz y voces

debo reconocer que en esta calma
me siento como sapo de otro pozo
no sé si tendré ganas de hundirme 
para siempre en el sosiego

allá abajo en la plaza verde y ocre
perritos y perrazos bien se lamen
con cierta discreción y sin tristeza
aunque dios los creara
ellos no creen en dios
y si a menudo alzan una pata
no es para bendecir el árbol
ciertamente
bonanza de emergencia

esta tregua sin fiebre
la siento en las rodillas
gorriones de penuria
avanzan paso a paso
en un tango liberto
no hay otros habitantes
y si los hay 
no cuentan
tampoco cuento yo

vuelvo a mis soledades
esas pobres contiguas
que me miran llegar
como un poseso
otra vez al trabajo conjurado
por hoy

basta de calma.

Cáscara y nada - Mario Benedetti

A veces el futuro es un sueño cerrado
y uno arroja la llave al precipicio
el corazón a veces nos despierta a los gritos
y uno se vuelve sordo de ternura

a veces es preciso que se nos caiga el cielo
para saber todo lo que nos falta
para inventar el surco del insomnio
para quedarse a solas con el mundo.

Casi siempre es la hora de la verdad vacía
sólo cáscara y nada
Dios inmóvil
es el temor recién amanecido
y ya opaco de veras
ya de veras maldito.
A veces el futuro es una noche sola

y uno gasta la urgencia en llegar a dormirse.

Trama – Elizabeth Willis

La segunda etapa es el insomnio.
En el principio fue la ansiedad.
La tercera etapa es "la gente común".
La cuarta: qué hacer.

La primera etapa es el caos.
La segunda es la invención.
La máquina de vapor. La servilleta.
La mesa de picnic. La plata.

Primero caminabas por un puente.
Después volabas.
Después barrías el piso.

Primero viene el amor.
Después la náusea.

Primero el placer.
Una pizquita.

Primero la pupa, después las alas.
La mudez. La noche.

Lo primero es el trabajo.
Lo segundo, no sabemos.

Primero viene el agua.
Después el aire.
Un huracán. Un suspiro.
Abigail. Norma. Laquisha.
Molly. Sylvia. Roxanne.
Temperance. Emma. Delilah.
Daphne. Wilhelmina. Georgette.
Tifón que toca tierra. Escombros.

La primera etapa fue la infancia.
La segunda etapa fue Beatrice.

La primera etapa fue Beatrice.
La segunda etapa fue el infierno.

Primero la ciudad, después el bosque.
La segunda etapa fue Virgilio.
La tercera etapa fue expurgada.
La cuarta pasó inadvertida.
La última etapa fue una carta.
Un único canturreo sin sentido.

Qué fue primero los que lavan plata o los aduladores.
Qué fue primero la rueda de Catalina o el congelador.

En el principio una voz.
En el principio paramecios.

Primero el carbono.
Después la electricidad.
Después los zapatos.

En el principio un árbol.

Antes de la casa, una cueva.
Antes de la cueva, un pantano.
Antes del pantano, un desierto.

El jardín estaba en el medio.
Entre la calle y la vereda.

En el principio sopa.

Después mesas. La bolsa de valores.
Cosas en cuatro patas.

En el principio estaba asustada.
Después la oscuridad me contó un chiste.

Qué fue antes el río o la orilla.
Qué fue antes el cura o el sepulturero.
Qué fue antes el crimen o el castigo.
Qué fue antes los bomberos o la policía.
Qué fue antes la conquista o el descubrimiento.
El tenedor o la cuchara.
El punto o la línea.
El FBI o la CIA.

Qué fue antes la gravedad o la gracia.
Qué fue antes la lana o el algodón.
Qué fue antes el negrero o el barco.
Qué fue antes el tobillo o el ala.
El colibrí o la rana.
La pubertad o la ideología.

Qué vino antes la memoria o el olvido.
Qué vino antes la ley seca o el voto femenino.
El café o el té.

Qué fue primero sí o no.
Qué fue primero plata u oro.
Seda o porcelana.
Lápiz o papel.

Qué fue primero Kioto o Dresde.
Qué fue primero el renacimiento o la reforma.
Qué preferirías ser conejo o pato.

Quién es más poderoso Mefistófeles o Margarita.
A quién le va a tocar a mí o a vos.
Qué preferirías quemarte o ahogarte.

En el principio fui invencible.
En la mitad me desarmé.

Primero hubo una biblioteca después hubo un café.
Después hubo un ventanal.

Qué fue antes represión o resistencia.
Gramática o sintaxis.
La sirena o los tiros.
Qué fue antes el granito o el mármol.
El ejército o el dron.
El silbido o el mirlo.
Qué fue antes el azúcar o el ron. Banana o ananá.
El senado o la corporación.

El cuento estaba medio vacío o medio lleno.

Qué es mejor sentir lástima o bronca.
Qué te da más miedo la vida o la muerte.
Qué te define mejor, el vapor de la locomotora o la moneda en las vías.
En qué pensabas, gemido o explosión.
Qué elegirías, un sándwich o una llamada telefónica.
Qué esperabas, una pregunta o una respuesta.
Un piano o un reloj.

Tomate el tiempo que quieras.

viernes, 17 de marzo de 2017

Próximo prójimo - Mario Benedetti (1964-1965)

En caso de vida o muerte, se debe
estar siempre con el más próximo.
Antonio Machado
Y está tu corazón
próximo prójimo
hermano a borbotones
ensimismado dócil triste exangüe
con terribles secretos en tu fondo
con tu ebria soledad acompañada

próximo
algunas veces lejanísimo prójimo
cuantos rostros me diste
me estás dando
sobreviviente atroz sobreviviente
de esta herida sin labios
de esta hiedra sin muro

qué maga
qué sin trenzas viniste
ah prójimo-muchacha la primera
a instalarte delante de mis ojos de niño
que no sabía nada
que no sabía nada
mi dialecto era verte y anunciar para siempre
entre diez compañías de soldados de plomo
mi gran amor deslumbre
mi pobre amor a cuerda

vino el amigo absorto
sin percances
y no se habló de muertes
en su cercado limbo
tan sólo se jugaba
al más allá
y el sábado
era una bruma pero sin reloj
sin llave urgente ni contradicciones
amigo nada más
amigo muerto

los padres
claro
como un gran suburbio
amor congénito en mansa barbarie
subordinado e invasor
amor ciego o miope o astigmático
aún puedo abrigarme en sus imágenes
están aquí al alcance
viejo
vieja
un poco sordos para su propia incógnita
pero siempre pendientes
de mi nueva llegada

venga maestro
no lo olvido
usted me abrió los cielos
colonizó mi alma
con el meñique se alisó la barba
y miró el mundo
(yo estaba en el mundo)
con un desprecio cruel
no le perdono
SU vocación de estafa
ni aun ahora
que está bien muertecito
dios mediante

prójimo
hermano literal
quién sabe
dónde quedó el momento en que jugamos
lanzando al aire nuestros ocho años
de diferencia o de encadenamiento
duermes y duermo
el sueño y el espanto
viajan de tu fatiga a mi fatiga
y viceversa vuelven a viajar
hasta que al fin también
ellos se duermen

prójimo mí enemigo
que me conoce y finge no saberme
y en su tedio descubre
ese rencor enorme y tan minúsculo
por cierto no lo envidio
cuando pronuncia vida y piensa muerte
cuando repite cristo y piensa judas
a esta altura tal vez ya esté oxidado
su resentido embuste didascálico
quizá contemporice y diga ciencia
por no decir conciencia

estás en el pupitre
como yo desterrado
en tanto que en el patio
llueve diagonalmente
el alemán rechina y tú divagas
hasta que la trompada
ese viejo argumento
cae sobre tu oreja que es la mía
y tu alarído estalla para siempre
y ahora la lluvia es sólo vertical

mi mujer está aquí
pero antes mucho antes
se acercó por un patio
de baldosas en rombos
y allí empecé a tomar tremendas decisiones
entonces fui a mirarla desde buenos aires
yo era su prójimo sin lugar a dudas
volví y le dije
piénsalo
pero ella dijo
no necesito pensarlo

prójimo el admirable
el cándido
el impuro
te vi una vez pero nunca me viste
no capitularé ni capitularemos
tan importante como julio verne
vas tripulando una nave una isla
un cuerpo extraño inverosímil nuevo
pero en un lustro apenas
será el cuerpo de todos
ojalá y cotidiano

prójimo en que me amparo
tu compacta amistad
tu vida un tanto mustia
tu faro de confianzas
tus vísperas de solo
son para mí el contorno imprescindible
prójimo-muro gris acribillado
prójimo-pasamano en que me apoyo
cuando desciendo la escalera y temo
que algún peldaño pueda estar podrido

rostro herido heridor
ojos que lo supieron
aduana de la dulce simetría
olvidada presencia inolvidable
estás en algún sitio
en algún tríptico de resignaciones
yo pienso en ti cuando la noche clava
para siempre qué suerte para siempre
otra lanza-nostalgia
en mi costado
y está tu corazón
próximo prójimo
no te avergüences de su llanto.

la cabeza hace trizas el pasado
fríamente coloca sus razones invictas
divide en lotes la melancolía
negocia cautamente tus acciones en alza
desorganiza para siempre tu magia
te despoja del cándido futuro
amuebla los infiernos que te esperan
después del provisorio desamparo
te hace lúcido y hueco
cruel y lúcido
voraz y pobre lúcido

pero también
por suerte
está tu corazón
ese embustero
ese piadoso
ese mesías.

viernes, 24 de febrero de 2017

Silencio tierra - Juan Gelman

SILENCIO TIERRA
Lo que se cuenta es 
lo que no se cuenta, 
un rayo, 
una interrupción ahí.
Lo que se dice es
lo que no se dice 
como la espiga que brota
y calla su misterio 
y nadie sabe qué pasa, 
qué soluna o águila del sur
se lleva la llave de la tierra.
En un agujero negro 
cae el aliento prohibido
que entra en un callejón atado. 
Amor retenido en una selva,
tan ignorante de lo que dice, 
sabe que estaba muerto 
hasta que vio tu presencia
en la admirable forma de pensamiento 
que se volvió criatura, 
ala de sol en el camino inverso
que se camina a corazón.

miércoles, 1 de febrero de 2017

La resistencia - Ernesto Sabato

Comprendemos que es el otro el que siempre nos salva. 
Y si hemos llegado a la edad que tenemos 
es porque otros nos han ido salvando la vida, 
incesantemente.

Frase de Erasmo de Rotterdam

«Veamos: hacer la vista gorda, dejarse engañar, cegarse, dejarse alucinar por los vicios de los amigos, así como admirar notables defectos y hacerlos pasar por virtudes ¿No es, acaso, algo muy parecido a la necedad?»

Ponte de pie - William Shand

¡Ponte de pie, preséntate!
¡No te encojas detrás de tu vecino!
¡Muestra tu ser y todo lo que eres!
Atiesa tus rodillas, endurece tu pecho,
inaugura el espacio

donde puedas insertar
esos requerimientos de estaciones idas,
moldéalas a tu gusto
quebrando tácitos acuerdos.

¡Enfréntate a las masas!
Deja que te señalen
y con sarcasmo, míralas,
desmantelar sus fibras.
Quédate intacto con las armas
que nadie reconoce,
armas hechas por láminas secretas
de comprensión,
inexpugnables ante los asaltos.

¡Quédate donde estás!
Deja que otros se acerquen
con sus derrotas y sus furias.
Oye sus dogmatismos
empapados de víctimas
y arriésgate a entender
sus discrepancias.

La impaciencia no sirve
donde los medrosos nada innovan.
¡Recuéstate en el muro!
Ve cuán imperturbables
ellos rechazan la tendida mano,
sin querer liberar
los cómodos peligros
que merodean por sus sueños.
Danzan indiferentes
en cúmulos de corrupción;
han sucumbido las melodías.