TOTALIDAD E INFINITO
Ensayo sobre la exterioridad
Emmanuel Levinas
Trad. Daniel E. Guillot
I. METAFÍSICA Y TRASCENDENCIA
1. Deseo de lo invisible (Relectura y elección
de otros fragmentos)
«La verdadera vida está ausente». Pero estamos en
el mundo. La metafísica surge y se manifiesta en esta excusa.
(…) El deseo metafísico no aspira al retorno,
puesto que es deseo de un país en el que no nacimos. De un país completamente
extraño, que no ha sido nuestra patria y al que no iremos nunca. (…) El deseo
metafísico tiene otra intención: desea el más allá de todo lo que puede
simplemente colmarlo. Es como la bondad: lo Deseado no lo colma, lo profundiza.
(…) La visión es una adecuación entre la idea y la cosa: comprehensión que
engloba.
(…) Ser yo es, fuera de toda individualización a
partir de un sistema de referencias, tener la identidad como contenido. El yo,
no es un ser que permanece siempre él mismo, sino el ser cuyo existir consiste
en identificarse, en recobrar su identidad a través de todo lo que le acontece.
Es la identidad por excelencia, la obra original de la identificación.
(…) «Me distingo yo mismo de mí mismo y, en este
proceso, es inmediatamente (evidente) para mí que lo que es distinto no es
distinto. Yo, Homónimo, me opongo a mí mismo, pero lo que ha sido distinguido y
puesto como diferente es, en tanto que inmediatamente distinguido, desprovisto
para mí de toda diferencia». (…) El «pensamiento», la «interioridad» son la
ruptura misma del saber y la producción (no el reflejo) de la trascendencia. No
conocemos esta relación -por eso mismo notable- más que en la medida en que la
efectuamos. La alteridad sólo es posible a partir del Yo.
5. La trascendencia como idea de lo Infinito
(…) La
noción cartesiana de la idea de lo Infinito designa una relación con un ser que
conserva su exterioridad total con respecto a aquel que la piensa. (…) La
exterioridad absoluta del ser exterior no se pierde pura y simplemente por el
hecho de su manifestación; se «absuelve» de la relación en la que se presenta.
(…) Lo infinito en lo finito, el más en el menos
que se realiza por la idea de lo Infinito, se produce como Deseo. No como Deseo
que se apacigua con la posesión de lo Deseable, sino como el Deseo de lo
Infinito que lo deseable suscita, en lugar de satisfacer. Deseo perfectamente
desinteresado: bondad. Pero el Deseo y la bondad suponen concretamente una
relación en la que lo Deseable detiene la «negatividad» del Yo que se ejerce en
el Mismo, el poder, el dominio.
(…) lo infinito que desborda la idea de lo
infinito, acusa la libertad espontánea en nosotros. La dirige, la juzga y la
trae a su verdad. El análisis de la idea de lo Infinito a la cual sólo se
accede a partir de un Yo, se terminará con la superación de lo subjetivo.
II. SEPARACIÓN Y DISCURSO
4. Retórica e injusticia
No todo discurso es relación con la exterioridad.
5. Discurso y Ética
(…) El Discurso es, así, experiencia de algo
absolutamente extraño (…) «conocimiento» que penetra más allá del objeto. El
extrañamiento del otro, ¡su libertad misma! Sólo los seres libres pueden ser
extraños mutuamente. La libertad que les es «común» es precisamente lo que los
separa. (…) Las cosas sólo están desnudas, metafóricamente, cuando están sin
adornos (…) no tienen necesidad de adornos, cuando se absorben en el
cumplimiento de la función para la que son hechas: cuando se subordinan de una
manera tan radical a su propia finalidad que desaparecen en ella. Desaparecen
bajo su forma. (…) Revelar una cosa, es iluminar por la forma, encontrarle un
lugar en el todo al percibir su función o su belleza. La obra del lenguaje es
distinta: consiste en entrar en relación con una desnudez desligada de toda
forma, pero que tiene un sentido por sí misma. (…) La desnudez del rostro. (…)
El rostro se ha vuelto hacia mi y esa es su misma desnudez. Es por sí mismo y
no en referencia a un sistema.
6. La Metafísica y lo humano
(…) la metafísica se desenvuelve ahí donde se
desenvuelve la relación social: en nuestra relación con los hombres.
III. VERDAD Y JUSTICIA
1. La libertad cuestionada
La metafísica o la trascendencia se reconoce en la
obra del intelecto que aspira a la exterioridad, que es Deseo. Pero el Deseo de
la exterioridad nos ha parecido que se mueve, no en el conocimiento objetivo,
sino en el Discurso, el cual, a su vez, se ha presentado como justicia, en la
rectitud del recibimiento hecho al rostro. (…) La verdad, en efecto, no se
separa de la inteligibilidad. Conocer, no es simplemente constatar, sino
siempre comprender. Se dice también, conocer es justificar, haciendo intervenir
(…) la noción de justicia.
3. La verdad supone la justicia
La libertad espontánea del yo que no tiene la
preocupación de su justificación, (…) que saca de sí mismo su existencia, de un
ser que viene de una dimensión de la interioridad, de un ser conforme al
destino de Giges, que VE A LOS QUE LO MIRAN SIN VERLO Y QUE SABE QUE NO ES
VISTO.
Continuará...
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