Los países existen. Éste pídelo
sólo en sueños. Y no pongas el pie, te caerás.
Es como si tú, polizón, quisieras bajar
de tu tiempo, igual que de un avión,
derecho a una nubecilla.
Jurando que aguantará
eso pesado que eres,
eso para siempre sin alas.
Y por el momento es un altar sólo un altar
y al Señor nadie lo ha visto.
Pero qué importa
de qué piedra es la estatua.
Aquí la piedra no es piedra,
es una idea. Así que detente un poco.
Y luego vete y vive.
Eslovaquia, 1928.
Traducido por Pavel Neubauer.
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