martes, 20 de junio de 2023

¿Quién soy? - Carl Sandburg

¿QUIÉN SOY?
Mi cabeza choca contra las estrellas.
Mis pies están en la cima de las colinas.
Las puntas de mis dedos están en los valles y las costas
   de la vida universal.
Abajo en la resonante espuma de las cosas primordiales
   extiendo las manos y juego con las piedras del destino.
He estado en el infierno y he vuelto muchas veces.
Lo sé todo sobre el cielo, porque he hablado con Dios.
Chapoteo en la sangre y las tripas de lo terrible.
Conozco el apasionado rapto de la belleza
y la maravillosa rebelión del hombre ante todos los letreros
   que dicen "Prohibida la entrada".
Mi nombre es Verdad y soy el cautivo más escurridizo
   del universo.
WHO AM I?
My head knocks against the stars.
My feet are on the hilltops.
My finger-tips are in the valleys and shores of universal life.
Down in the sounding foam of primal things I
   reach my hands and play with pebbles of destiny.
I have been to hell and back many times.
I know all about heaven, for I have talked with God.
I dabble in the blood and guts of the terrible.
I know the passionate seizure of beauty
And the marvelous rebellion of man at all signs
   reading “Keep Off”.
My name is Truth and I am the most elusive captive 
in the universe.
Versión de Jonio González.

lunes, 12 de junio de 2023

El zen y el arte del tiro con arco – Eugen Herrigel

El primer principio es no engañarse a sí mismo,
y yo soy la persona más fácil de engañar.
Richard Feynman

La mente confusa del arquero se traiciona a sí misma en todo sentido y en todos los planos de su actividad.

El hombre es una flecha pensante pero sus más grandes obras sólo las realiza cuando no está pensando o calculando. La “puerilidad” debe ser recuperada a través de largos años de adiestramiento en el arte del olvido de sí, y cuando lo logra, el hombre piensa aunque no piense.

…el tirador apunta a sí mismo y busca acertar en sí mismo.

El meramente curioso no tiene derecho a pedir nada… El zen, como toda mística, será comprendido únicamente por el místico que… no sucumbirá a la tentación de obtener de forma subrepticia lo que la experiencia mística le niega.

Si desea ir más allá, habrá de entregarse con todo su ser…

Satori: Intuición, la iluminación de la comprensión de la verdadera naturaleza de uno. Es percepción, de la síntesis de afirmación y negación. Aprehensión de que el ser es devenir y el devenir es ser. Intuición que capta la totalidad e individualidad de las cosas.

El hombre es un ser pensante pero sus grandes obras las realiza cuando no calcula ni piensa.

Lo que le obstruye el camino es su voluntad demasiado activa. Usted cree que lo que usted no haga, no se hará ¿Qué hacer? Aprender a esperar ¿Y cómo se aprende? Desaprendiéndose de sí mismo, dejándose atrás; que de usted no quede otra cosa que el estado de tensión, sin intención alguna.

¿Por qué anticipar con el pensamiento lo que sólo la experiencia puede enseñar?

Las formas dominadas a la perfección no oprimen sino que liberan. Día tras día aumenta su capacidad de seguir sin dificultad técnica cualquier inspiración, pero también de recibirlas. Con su vida le da ejemplo de la obra interior y lo convence con su sola presencia.

Al que debe caminar 100 millas, nosotros le recordamos que considere 90 como la mitad.

Actitud íntima, como si el blanco se encontrara a distancia infinita, depende de la “presencia de espíritu”: vivacidad y vigilia. Los aciertos confirman exteriormente lo que interiormente sucede… Discípulo responde: esa coincidencia no la comprendo. Maestro: se trata de fenómenos inalcanzables para el intelecto. Aún en la naturaleza existen coincidencias incomprensibles y tan ciertas que nos acostumbramos a ellas como si se sobreentendieran. Lo interior y lo exterior son uno.

Ya sabe que no debe enojarse por los tiros fallados, pero tampoco debe regocijarse con los logrados. Tiene que desaprenderse de ese fluctuar entre placer y desplacer. Tiene que aprender a sobreponerse a ello con libre ecuanimidad, alegrándose como si otro hubiese hecho esos disparos. Estos también tiene que practicarlo incansablemente, no se imagina cuanta importancia tiene.

“Ello” dispara, “ello” acierta: ¿soy yo quién estira el arco, o es el arco que me atrae al estado de máxima tensión? ¿Soy yo quién da en el blanco o es el blanco que acierta en mí? ¿El “ello” es espiritual visto con los ojos del cuerpo, o corporal visto con los ojos del espíritu? ¿Es ambas cosas o ninguna? Todo eso: el arco, la flecha, el blanco y yo estamos enredados de tal manera que ya no me es posible separar nada; y hasta el deseo de separar ha desaparecido.

Es un enfrentamiento consigo mismo que penetra hasta las ultimas profundidades. Lo sentirán cuando se reencuentren con sus amigos y relaciones; ya no habrá la misma armonía de antes. Ustedes ven muchas cosas de manera distinta y miden con otras medidas.

La oración es una flecha apuntada al oído de Dios
(agrego: y los gestos a su espíritu)

Fragmentos de La tierra baldía - T.S. Eliot

1935
I
El tiempo presente y el tiempo pasado
quizá estén ambos presentes en el tiempo futuro.
Y el tiempo futuro contenido en el tiempo pasado.
Si todo tiempo es eternamente presente,
todo tiempo es irredimible.
Lo que pudo haber sido es una abstracción,
una posibilidad perpetua
en un mundo especulativo.
Lo que pudo haber sido y lo que ha sido
apuntan a un fin que siempre es presente.
Las pisadas resuenan en la memoria,
por el pasillo que no tomamos,
hacia la puerta que nunca abrimos
en el jardín de las rosas.
(...)
Otros ecos
habitan el jardín. ¿Vamos a seguir?
Rápido, dijo el pájaro, ve por ellos, ve por ellos,
a la vuelta de la esquina. A través de la primera puerta
en nuestro primer mundo, ¿seguiremos
el juego del tordo? En nuestro primer mundo.
Y ahí estaban, dignos, invisibles,
moviéndose ligeros sobre las hojas muertas
en el otoño caldeado, en el aire vibrante.
(...)
Allí estaban como nuestros invitados, aceptados y aceptando.
Entonces caminamos, nosotros y ellos, formalmente,
a lo largo del paseo desierto, hacia la rotonda,
para echar una ojeada al estanque vacío.
(...)
y ellos estaban detrás de nosotros, reflejados en el agua.
(...)
Atrás, atrás, atrás, dijo el pájaro: la especie humana
no resiste mucha realidad.
El tiempo pasado y el tiempo futuro,
lo que pudo haber sido y lo que ha sido,
apuntan a un fin que siempre es presente.
"Four Quartets", Collected Poems 1909-1962, Faber & Faber, Londres, 1963.
Trad. de Jorge Aulicino.

Poemas de Marianne Moore!

«Cómo una mujer tan pequeña puede rugir tanto, 
como un Niágara secreto, 
y con una inferencia tan graciosa, 
es uno con todos los misterios 
donde la fuerza 
disfrazada de debilidad 
—una mujer, una frágil mujer— 
nos desconcierta.»
Marianne Moore por William Carlos Williams
 
«...uno descubre que hay dentro
después de todo, un lugar para lo genuino.»

PUEDO, PODRÍA, DEBO
Si me dices por qué el pantano
parece infranqueable, entonces te
diré por qué pienso que
puedo atravesarlo si lo intento.
                  Trad. de Juan Carlos Villavicencio

CUANDO COMPRO CUADROS
o, lo que es más exacto,
cuando miro aquello de lo que puedo considerarme dueña
imaginaria, elijo lo que en mi cotidianidad podría darme gozo
(...)
El énfasis demasiado intelectual sobre esta o aquella cualidad
disminuye el goce.
No debe pretender demostrar nada; ni puede exaltarse el triunfo
fácilmente concedido: eso que es grande porque otra cosa es pequeña.
Se reduce a esto: de la clase que sea, la obra debe estar 
“iluminada con penetrantes destellos en la vida de las cosas”
debe confirmar la fuerza espiritual que la creó.
Trad. de Lidia Taillefer de Haya

SUFICIENTE
¿Soy yo una fanática? Lo opuesto.
¿Y dónde me gustaría estar?
Sentada bajo el olivo de Platón
o apoyada en su viejo tronco grueso,
 
lejos de la controversia
o de cualquier colérico.
(...)
"Representa la verdad. Es suficiente."
Trad. de Jorge Aulicino

¿QUÉ SON LOS AÑOS?
     ¿Cuál es nuestra inocencia,
cuál nuestra culpa? Todos estamos
     desnudos, nadie está a salvo.
¿Y de dónde el coraje:
la pregunta incontestada,
la duda firme
–que calladamente llama, que sorda escucha–, que
en la desgracia, incluso en la muerte,
     da coraje a los demás
     y, en su derrota, mueve
     al espíritu a ser fuerte?
 
Sabio y dichoso aquel que
     acepta que ha de morir
y en su prisión se eleva
sobre sí mismo como
el mar en un abismo, luchando por ser
libre aunque incapaz de serlo,
     y en ese abandono
     halla supervivencia.
     Así se comporta
quien siente con vigor.
 
     Como el ave que al cantar
yergue su cuerpo creciéndose.
Aunque cautivo, su poderoso canto
dice qué vulgar es la satisfacción,
qué pura la alegría.
     Esto es ser mortal,
     esto es ser eterno.

miércoles, 7 de junio de 2023

La señal - Wilhelm Müller!

LA SEÑAL
¿Por qué evito caminos
que los demás recorren,
y exploro ocultas sendas
entre riscos nevados?
No he cometido crímenes
de los que avergonzarme.
¿Qué insensatos anhelos
me impulsan a estos páramos?
Los postes me señalan,
al pasar, las ciudades;
deambulo sin descanso
buscando mi descanso.
Inmóvil, frente a mí,
contemplo una señal.
Elegiré el camino
del que nadie regresa.
Trad. del alemán, Andrés Neuman.

Fragmentando poemas de Paco Urondo!

LA PURA VERDAD
Me avergüenza verme cubierto de pretensiones
(...)
Los impulsos mordieron mi juventud y ahora, sin
darme cuenta, voy iniciando
una madurez equilibrada, capaz de enloquecer a
cualquiera o aburrir de golpe
.
(...)
Suelo confiar en mis fuerzas y en mi salud
y en mi destino y en la buena suerte
(...)
Estoy seguro de llegar a vivir en el corazón de una palabra;
compartir este calor, esta fatalidad que quieta no
sirve y se corrompe.

Puedo hablar y escuchar la luz
y el color de la piel amada y enemiga y cercana.

Tocar el sueño y la impureza,
nacer con cada temblor gastado en la huida
(...)
Sin jactancias puedo decir
que la vida es lo mejor que conozco.

CADA DÍA QUE PASA
Voy cansado, es cierto, harto como todo el mundo que se precie,
o con desaliento; pero nunca falta
alguna cosa, un olor,
una risa que me devuelva,

para valer la pena; recién entonces empiezo a convencerme;
calles sucias y bocinas y el tráfico
alucinado y dormido todavía; viejos conocidos,
como el destino
o la bruma de la ciudad. Y
el mal semblante; la desconfianza
en los ojos, en los grandes ojos de la gente
hechos para volar.

EL OCASO DE LOS DIOSES
No hay nadie en la calle, en los ruidos húmedos, en el
vuelo de las hojas y mis pasos quieren reiniciar

(...)
Dueños del incendio, de la bondad del crepúsculo,
de nuestro hacer, de nuestra música, del único
amor incoherente; soberanos de esa calle donde los
tactos y la impresión hicieron su universo.
(...)
tu mismo
nombre y tu gesto son una forma nocturna que en
esa constelación crece
y sabe enrostrar nuestra
culpa.

Y todo termina con una esperanza, con una dilación
–"ha estado bien"–, o en un bostezo, o en otro
lugar donde es menester el coraje.

OCURRE LO DE SIEMPRE
Estábamos perdidos y la historia era confusa. Nada tenía que ver con la certeza...