Mi rabino tiene un buda plateado,
mi cura un talismán de jade.
Mi médico cree que es un buen augurio
nuestro prolongado veranillo.
Mi rabino, mi cura robaron sus baratijas
de los estantes del sanctasanctórum.
Las baratijas no pueden comerse.
Se preguntan qué hacer con ellas.
Mi médico es feliz como un cerdo
aunque se está muriendo de frío.
Ha terminado su gran libro
en el que el falo es un símbolo fálico.
Mi maestro zen es un viejo maravilloso y tonto.
Ayer lo sorprendí venerándome,
así que lo mandé al rincón
con mi rabino, mi cura y mi médico.
Versión de Jonio González
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