Oda sensacionista - Álvaro de Campos
Sentir todo de todas las maneras,
vivir todo de todos los lados,
ser la misma cosa de todos los modos posibles al mismo tiempo,
realizar en mí toda la humanidad de todos los momentos
en un sólo momento difuso, profuso, completo y lejano.
Sentir todo de todas las maneras,
vivir todo de todos los lados,
ser la misma cosa de todos los modos posibles al mismo tiempo,
realizar en mí toda la humanidad de todos los momentos
en un sólo momento difuso, profuso, completo y lejano.
Quiero ser siempre aquello con que simpatizo,
me vuelvo siempre, más tarde o más temprano,
aquello con que simpatizo, sea una piedra o un ansia,
sea una flor o una idea abstracta,
sea una multitud o un modo de comprender a Dios.
Y yo simpatizo con todo, vivo todo de todo.
Me son simpáticos los hombres superiores porque son superiores
y me son simpáticos los hombres inferiores porque son superiores también,
porque ser inferior es diferente de ser superior,
y por eso es una superioridad desde ciertos puntos de vista.
Simpatizo con algunos hombres por sus cualidades de carácter
y simpatizo con otros por falta de esas cualidades,
y aún con otros simpatizo por simpatizar con ellos,
y hay momentos absolutamente orgánicos en que esos son todos los hombres.
Sí, como soy rey absoluto de mi simpatía,
basta que ella exista para que tenga razón de ser.
Estrecho en mi pecho jadeante, en un abrazo conmovido,
(en el mismo abrazo conmovido)
al hombre que da su camisa al pobre que desconoce,
al soldado que muere por la patria sin saber lo que es la patria,
y...
Y al matricida, fraticida, al incestuoso, al violador de niños,
al ladrón de caminos, al salteador de los mares,
al raterillo de carteras, al sombra que espera en los callejones.
Todos son mi amante predilecta por lo menos una vez en la vida.
Beso en la boca a todas las prostitutas,
beso en los ojos a todos los souteneurs,
mi pasividad yace a los pies de todos los asesinos,
y mi capa española esconde la retirada de todos los ladrones.
Todo es la razón de ser en mi vida.
Cometí todos los crímenes,
viví dentro de todos los crímenes
(Yo mismo fui, ni uno ni otro en el vicio,
sino el propio vicio en persona practicado entre ellos,
y esas son las horas más Arco del Triunfo de mi vida).
Me multipliqué para sentirme,
para sentirme, necesité sentir todo,
me transbordé, no hice sino extravasarme,
me desnudé, me entregué,
y hay en cada rincón de mi alma un altar a un Dios diferente.
Los brazos de todos los atletas me apretaron súbitamente femenino,
y yo sólo de pensar en eso me desmayé entre sus supuestos músculos.
En mi boca fueron dados los besos de todos los encuentros,
se agitaron en mi corazón los pañuelos de todas las despedidas,
todas las señas obscenas de gestos y miradas
me golpean de lleno en todo el cuerpo, especialmente en los centros sexuales.
Fui todos los ascetas, todos los marginados, todos los como que olvidados,
y todos los pederastas -absolutamente todos (no faltó ninguno).
¡Rendez-vous rojo y negro en el hondo infierno de mi alma!
Lisbon Revisited (1923)
No: no quiero nada.
Ya dije que no quiero nada.
¡No me vengan con conclusiones!
La única conclusión es morir.
¡No me traigan estéticas!
¡No me hablen de moral!
¡Quítenme de aquí la metafísica!
¡No me pregonen sistemas completos, no me encajen conquistas
De las ciencias (¡de las ciencias, Dios mío, de las ciencias!)-
De las ciencias, de las artes, de la civilización moderna!
¿Qué mal les hice yo a todos los dioses?
¡Si tienen la verdad, guárdensela!
Soy un técnico, pero tengo técnica sólo dentro de la técnica.
Fuera de eso estoy loco, con todo el derecho a estarlo.
Con todo el derecho a estarlo, ¿oyeron?
¡No me molesten, por amor de Dios!
¿Me querían casado, fútil, cotidiano y tributante?
¿Me querían lo contrario de esto, lo contrario de cualquier cosa?
Si yo fuera otra persona, les haría a todos, su voluntad.
Así, como soy, ¡tengan paciencia!
¡Váyanse al diablo sin mí,
O dejen irme solitario al diablo!
¿Para qué habríamos de ir juntos?
¡No me tomen del brazo!
No me gusta que me tomen del brazo. Quiero estar sólo.
¡Ya dije que soy solitario!
¡Ah, que estupidez querer que yo sirva de compañía!
¡Oh cielo azul -el mismo de mi infancia-
Eterna verdad vacía y perfecta!
¡Oh suave Tajo ancestral y mudo,
Pequeña verdad donde el cielo se refleja!
¡Oh angustia revisitada, Lisboa de otrora de hoy!
Nada me das, nada me quitas, nada eres que yo me sienta.
¡Déjenme en paz! No tardo, que yo nunca me tardo...
Y en tanto tarda el Abismo y el Silencio ¡Quiero estar solo!
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"No sólo quien nos odia o nos envidia
nos limita y oprime; quien nos ama
no menos nos limita.
Que los dioses me concedan que, desnudo
de afecto, tenga la fría libertad
de las cumbres sin nada.
Quien quiere poco, tiene todo; quien quiere nada
es libre; quien no tiene, y no desea,
hombre, es igual a los dioses."
Tan de prisa
¡Tan de prisa pasa todo cuanto pasa!¡Muere tan joven ante los dioses cuanto muere!
¡Todo es tan poco!
Nada se sabe, todo se imagina.
Circundante de rosas, ama, bebe
y calla. Lo demás es nada.
¿Lo que pienso del mundo?
¿Sé yo lo que pienso del mundo?
Si me enfermase, pensaría.
¿Qué idea tengo de las cosas?
¿Qué opinión sobre las causas y los efectos?
¿He meditado sobre Dios y el alma
y sobre la creación del mundo?
No sé. Para mí pensar en esto es cerrar los ojos
y no pensar. Y correr las cortinas
de mi ventana ( que no tiene cortinas ).
¿El misterio de las cosas?¿Sé yo lo que es misterio?
El único misterio es que alguien piense en el misterio.
Aquel que está al sol y cierra los ojos
comienza a no saber lo que es el sol
no puede ya pensar en nada
porque la luz del sol vale mas que los pensamientos
de todos los filósofos y todos los poetas.
La luz del sol no sabe lo que hace
y por eso no yerra y es común y buena.
¿Metafísica?¿Qué metafísica tienen estos árboles?
La de ser verdes y copudos y echar ramas
y dar frutos a su hora -nada que nos haga pensar,
a nosotros, que no podemos dar por ellos.
¿Qué metafísica mejor que la suya,
no saber para qué viven
ni saber que no lo saben?
"Constitución íntima de las cosas"...
"Sentido íntimo del universo"...
Todo esto es falso, todo esto no quiere decir nada.
Es increíble que pueda pensarse así.
Es como pensar en razones y fines
mientras reluce al comenzar la mañana
y al flanco de los árboles la sombra
va perdiéndose en un oro vago y lustroso.
Pensar en el sentido último de las cosas
es aumentarlo, como cavilar sobre la salud
o llevar un vaso de agua a la fuente.
El único sentido íntimo de las cosas
es que no tiene sentido íntimo alguno.
No creo en Dios por que nunca lo he visto.
Si quisiera él que yo creyese en él
sin duda vendría a hablar conmigo,
empujaría la puerta y entraría
diciéndome ¡Aquí estoy!
(Tal vez esto suene ridículo
para aquel que, por no saber lo que es mirar las cosas
no comprende al que habla de ellas
con el modo de hablar que enseña el verlas de verdad.)
Si Dios es las flores y los arboles,
los montes, el sol y el claro de luna,
entonces creo en él,
creo en él a todas horas,
toda mi vida es oración y misa,
una comunión con los ojos y los oídos.
Pero si Dios es los árboles y las flores,
los montes, la luna, el sol,
¿Para qué lo llamo Dios?
Lo llamo flores, árboles, monte, luna, sol.
Si él se ha hecho, para que yo lo vea,
sol y luna y árboles y montes,
si él se me presenta como árbol y monte
y claro de luna y sol y flor,
es por que quiere que yo lo conozca
como árbol, monte, luna, sol, flor.
Y yo lo obedezco
(¿Sé mas de Dios que Dios de sí mismo?)
Lo obedezco viviendo espontáneamente,
como uno que abre los ojos y ve,
y lo llamo luna y sol y flores y árboles y montes
Pero si Dios es los árboles y las flores,
los montes, la luna, el sol,
¿Para qué lo llamo Dios?
Lo llamo flores, árboles, monte, luna, sol.
Si él se ha hecho, para que yo lo vea,
sol y luna y árboles y montes,
si él se me presenta como árbol y monte
y claro de luna y sol y flor,
es por que quiere que yo lo conozca
como árbol, monte, luna, sol, flor.
Y yo lo obedezco
(¿Sé mas de Dios que Dios de sí mismo?)
Lo obedezco viviendo espontáneamente,
como uno que abre los ojos y ve,
y lo llamo luna y sol y flores y árboles y montes
y lo llamo sin pensar en él
y lo pienso con los ojos y los oídos
y ando con él a todas horas.
y lo pienso con los ojos y los oídos
y ando con él a todas horas.
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