jueves, 4 de junio de 2015
La salvación - Dario Sztajnszrajber
Prefacio a la obra de Francoise Doltó "la Imagen Inconsciente del Cuerpo"
"...usted, lector, está
allí, con este libro en sus manos, dispuesto a leerme, seguro que el suelo
permanece firme, olvidado del espacio que lo contiene y del tiempo que lo
atraviesa. Por supuesto, la mayor parte de nosotros goza de ese estado de sana
despreocupación, pero hay seres, que heridos en su "Imagen de Base",
están constantemente alertas, dispuestos a defenderse de un hipotético peligro
inminente. Sufrir semejante aprensión, puramente imaginaria, les demanda un
esfuerzo extenuante...
Vemos, pues, hasta qué punto
la Imagen de Base es vital y esencial. Le procura a cada uno el triple
sentimiento de permanecer estable, más allá de los incesantes desplazamientos
en el espacio, de continuar siendo el mismo, más allá de los cambios en el tiempo
y, por último, el sentimiento de seguir siendo consistente ante la alteridad de
los seres y de las cosas da fundamento, en lo más profundo de cada uno de
nosotros, a la certeza absoluta de continuar siendo siempre la misma persona a
la vez que evolucionamos constantemente. NO soy el mismo que hace cinco minutos
y, sin embargo soy el mismo desde hace cincuenta años. Precisamente esta
antinomia entre lo diferente y lo idéntico es la que funda el "sí
mismo". Ser uno mismo es, pues, ser ese que permanece estable, idéntico a
sí mismo y consistente a pesar de los inevitables cambios que jalonan una
existencia. Con todo si queremos aproximarnos lo más posible a la incognoscible
esencia de ese "si mismo" descubriremos que el sentimiento de uno
mismo, en el fondo, no es más que un nombre que designa un deseo, el deseo, de
vivir, el amor innegable por la vida. Sí, sentirse uno mismo supone ante todo
la inquebrantable voluntad de ser, de no dejar de ser, de ser al máximo
nosotros mismos y hasta más allá de nosotros mismos. Francoise Doltó llama
precisamente a ese deseo de vivir, de durar, y de superarse "narcisismo
primordial".