lunes, 16 de enero de 2023

Fragmentos de Zorba, el griego - Nikos Kazantzaki!

Relectura.

«- ¡Por qué! ¡Por qué! -dijo desdeñoso-. ¿Acaso no puede el hombre, en fin de cuentas, hacer algo sin por qué? ¿Sólo por gusto?»

«…sino por el mundo entero que lucha, clama, llora, espera y no comprende que todo no es más que una fantasmagoría de la nada.»
 
«Buda. -Tengo alma dócil y libre. Años ha que la ejercito enseñándola a jugar conmigo. ¡Y puedes llover cuanto quieras, cielo!»
 
«En ese momento, a la entrada del pueblo, una mendiga cubierta de andrajos se acercó tendiendo la mano; atezada, mugrienta, con unos pelos negros y duros en el labio superior.
- ¡Eh, compadre! -le gritó a Zorba-, ¡eh, compadre! ¿Tienes alma?
Zorba se detuvo.
-Sí, la tengo -contestó con toda seguridad.
-Entonces, dame cinco dracmas.
Zorba extrajo del bolsillo una cartera de cuero muy ajada.
- ¡Toma! -le dijo.
Y una sonrisa borró la amargura que todavía aparecía en sus labios.
-Por lo que veo -comentó-, las cosas no están caras acá: cinco dracmas el alma.»

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