HISTRIÓN
Ningún hombre se ha atrevido todavía a escribir esto,y sin embargo sé cómo son las almas de los grandes hombres
algunas veces pasan a través nuestro,
y nos fundimos en ellos, y no somos
más que reflejos a salvo de sus almas.
Así soy Dante por un lapso y soy
un François Villon, poeta y ladrón
o soy alguno de los santos que no puedo escribir,
para que no se escriba blasfemia contra mi nombre;
esto dura un instante y la llama desaparece.
Es como en nuestro centro donde brilla una esfera
translúcida, oro fundido, ese es el “yo”
y en esto se proyecta de alguna forma:
Cristo, o Juan, o el Florentino;
y como el claro espacio no es una forma
impuesta sobre sí misma.
Así nosotros dejamos de ser por un momento
y estos, los Maestros del Alma, sobreviven.
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