'El hombre se da vuelta y ahí
—su huella solitaria extendida
sobre el mundo.'
EL DESCENSO
El descenso llama
como llamó el ascenso.
La memoria es una especie
de realización,
una especie de renovación
incluso
una iniciación,
puesto que los espacios que abre
son lugares nuevos
habitados por hordas
hasta entonces no realizadas,
de nuevos tipos—
puesto que sus movimientos
son hacia nuevos objetivos
(aunque antes hayan sido abandonados).
Ninguna derrota está hecha enteramente de derrotas
—puesto que el mundo que abre
es siempre
un lugar
antes
insospechado. Un mundo perdido, un mundo insospechado,
llama a nuevos lugares, y ninguna blancura (perdida)
es tan blanca como el recuerdo de la blancura.
Con la tarde, el amor despierta,
aunque sus sombras,
que están vivas
por la razón del sol que brilla,
se adormecen ahora
y se alejan del deseo.
El amor sin sombras se agita ahora,
comenzando a despertar
mientras la noche avanza.
El descenso,
hecho de desesperanzas y
sin realización,
realiza un nuevo despertar:
que es una inversión de la desesperación.
Porque lo que no podemos lograr,
lo que se le niega al amor,
lo que hemos perdido en la anticipación,
sigue un descenso,
interminable e indestructible.
Versión de Pura López Colomé.