THE DIARY OF
ANAIS NIN
Traducción de
Enrique Hegewicz
[Agosto de
1936]
(…) Para
Moricand* la vida no es más que un pequeño fenómeno de cristalización que ocurre
en la superficie de un planeta. Como consecuencia, la gente le resulta carente
de densidad. Sólo capta su fosforescencia. Habla de la intensidad o debilidad de
la luz que emiten las personas. Lo que más le importa del mundo es su aspecto
de elegancia legendaria. Te entrega el abrigo con el cuidado del hombre que se
resiste a soportar la sobrecarga que supondría una mota de polvo. (…) el sueño
se interpone entre él y todo lo que quiere tocar y sentir.
(…) En todos
nosotros hay destellos de comprensión, destellos de lucidez y puntos ciegos.
(…) –¡Quiero
que adquieras conciencia de clase! – dice Gonzalo.
Toda mi vida
he tratado de borrar las barreras de clase, y sólo he admitido las cualidades
de la mente, o la sensibilidad, o el valor, o el talento.
- Yo creo
solamente en la poesía – le dije-. Quiero vivir más allá de lo temporal, sin
entrar en las instituciones del mundo.
- Pero la
mística de Marx…
- Marx no era
un místico.
- Careces de misticismo
religioso.
- Mi religión es
el arte.
- Hablamos en
chino.
(…)
– Vives en un estado
de gracia -dice Moricand-. Para ti los cuentos de hadas son algo posible.
Consigues que se hagan realidad.
(…)
Soy como una
bola de cristal en la que la gente encuentra su unidad mística. Debido a mi
obsesión por lo esencial, a mi despreocupación por los detalles, las
trivialidades, las interferencias, las contingencias, las apariencias, las
fachadas, los disfraces, mirar en mi interior es como observar una bola de
cristal. Quienes miran pueden ver su destino, su yo en potencia, sus secretos,
su yo secreto.
No cedo al
parloteo. Me quedo callada. Salto demasiado de un tema a otro. Siempre me atrae
el interior de las personas, sólo me interesa cuando es el interior el
que habla. El milagro que espero, el milagro de la claridad, siempre acaba por
ocurrir.
(…)
La Voite
Lactée (“La vía láctea”)
Constelación
de ideas.
[Septiembre de
1936]
Cita a Henry: (…) ‘…no me detendré para quedarme aquí, en la ordenada
fatuidad de la vida de adulto responsable. Debo hacerlo en recuerdo de una vida
que está más allá de toda posible comparación con otra que se me prometió (…)
regreso a un mundo que siempre podré alcanzar con los brazos abiertos, al mundo
de lo que conozco y sé y reconozco a cada momento. Cualquier otro mundo carece
de significado y me resulta extraño y hostil. (…) Cómo es ese mundo, es algo
que no sé, ni estoy tampoco seguro de poder saber; pero es mi mundo, y ninguna
otra cosa me intriga’.
*Conrad Moricand, astrólogo.

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