TOTALIDAD E
INFINITO
Ensayo sobre
la exterioridad
Emmanuel
Levinas
Trad. Daniel
E. Guillot
III. VERDAD Y
JUSTICIA
1. La libertad
cuestionada
(...) Conocer, no es simplemente constatar, sino siempre comprender. Se dice también,
conocer es justificar, haciendo intervenir (…) la noción de justicia.
2. La
investidura de la libertad o la crítica
(…) La
libertad no está desnuda. Filosofar es remontarse más acá de la libertad,
descubrir la investidura que libera la libertad de lo arbitrario. (…) La
crítica o la filosofía es la esencia del saber. (…) Su privilegio consiste en
poder cuestionarse. (…) La libertad sólo puede fundarse en sí misma (…) La duda
le hace buscar la certeza (…) El sujeto es «para sí»: se representa y se conoce
desde que es. Pero al conocerse o al representarse, se posee, se domina,
extiende su identidad a aquello que, en él mismo, viene a refutar su identidad.
(…) La libertad no se encuentra mantenida, sino que se remite al reflejo de un
orden universal, que se sostiene y justifica solo. (…) Si la libertad deja así
de mantenerse en lo arbitrario de la certeza solitaria de la evidencia y si el
solitario se une a la realidad impersonal de lo divino, el yo desaparece en
esta sublimación. (…) La filosofía se identifica con la sustitución de las
personas por las ideas, del interlocutor por el tema, de la exterioridad de la
interpelación por la interioridad de la relación lógica.
(…) Hablar
supone una posibilidad de romper y de comenzar.
(…) La presencia
del Otro -heteronomía privilegiada- no dificulta la libertad, la inviste.
(…) En el «conócete a ti mismo» no se logra su última etapa. No
porque el «conócete a ti mismo» sea limitado o de mala fe, sino porque, por sí
mismo (…) es yo, egoísmo. (…) El milagro de la creación consiste en crear un
ser moral.
3. La verdad
supone la justicia
La libertad
espontánea del yo que no tiene la preocupación de su justificación, (…) que
saca de sí mismo su existencia, de un ser que viene de una dimensión de la
interioridad, de un ser conforme al destino de Giges, que ve a los que lo miran
sin verlo y que sabe que no es visto.
(…) ¿cómo
puede cuestionarse la espontaneidad de la libertad que se manifiesta en la
certeza?
(…) El sentido
remite a un significante. (…) El significado nunca es presencia completa (…) El
significante, aquel que emite el signo, está de cara (…) Puede ciertamente
hablar de sí, pero entonces se anunciaría el mismo como significado y en
consecuencia como signo a su vez. El otro, el significante, se manifiesta en la
palabra al hablar del mundo y no de sí, se manifiesta, proponiendo el mundo, al
tematizarlo.
(…) Tener un
sentido es situarse con relación a un absoluto (…) Tener un sentido, es enseñar
o ser enseñado, hablar o poder ser dicho. (…) La palabra consiste en explicar
la palabra. (…) Con relación a ella, el mundo se orienta, es decir adquiere un
significado. (…) todo simbolismo se refiere ya al lenguaje.

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