¿Crees que no lo entiendo?
El sueño imposible de ser. No de parecer, sino de ser.
Consciente en cada momento, vigilante.
Al mismo tiempo, el abismo entre lo que eres para los otros y para tí misma.
El sentimiento de vértigo y el deseo constante de, al menos, estar expuesta, de ser analizada, diseccionada, quizás incluso aniquilada.
Cada palabra una mentira, cada gesto una falsedad, cada sonrisa una mueca.
¿Suicidarse? ¡Oh, no! Eso es horrible. Tú no harías eso.
Pero puedes quedarte inmóvil y en silencio.
Por lo menos así no mientes.
Puedes encerrarte en ti misma, aislarte. Así no tendrás que desempeñar roles, ni poner muecas, ni falsos gestos.
Piensas. Pero, ¿ves? la realidad es atravesada, tu escondite no es hermético.
La vida se cuela por todas partes.
Estás obligada a reaccionar.
Nadie pregunta si es real o irreal, si tú eres verdadera o falsa.
La pregunta solo importa en el teatro. Y casi ni siquiera allí.
El sueño imposible de ser. No de parecer, sino de ser.
Consciente en cada momento, vigilante.
Al mismo tiempo, el abismo entre lo que eres para los otros y para tí misma.
El sentimiento de vértigo y el deseo constante de, al menos, estar expuesta, de ser analizada, diseccionada, quizás incluso aniquilada.
Cada palabra una mentira, cada gesto una falsedad, cada sonrisa una mueca.
¿Suicidarse? ¡Oh, no! Eso es horrible. Tú no harías eso.
Pero puedes quedarte inmóvil y en silencio.
Por lo menos así no mientes.
Puedes encerrarte en ti misma, aislarte. Así no tendrás que desempeñar roles, ni poner muecas, ni falsos gestos.
Piensas. Pero, ¿ves? la realidad es atravesada, tu escondite no es hermético.
La vida se cuela por todas partes.
Estás obligada a reaccionar.
Nadie pregunta si es real o irreal, si tú eres verdadera o falsa.
La pregunta solo importa en el teatro. Y casi ni siquiera allí.
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