Si aún no sabes morir sigue aprendiendo a amar.
La madrugada no cierra tu mundo:
afuera hay estrellas, hospitales,
enormes maquinarias que no duermen.
Afuera están tu sopa,
Afuera están tu sopa,
el almacén que nutre tus sentidos
el viento de tu ciudad.
el viento de tu ciudad.
Levántate y enciende las turbinas de tu alma,
no te canses de caminar por todas partes,
anota las últimas inmundicias que le quedaron a tu tierra,
pues todo se transforma
y ya no tendrás ojos para el horror abolido.
Levántate y multiplica las ventanas,
y ya no tendrás ojos para el horror abolido.
Levántate y multiplica las ventanas,
escupe en el rostro de los incrédulos:
para ellos todo verdor no es más que
herrumbre.
Dispara tu lengua de vencedor,
Dispara tu lengua de vencedor,
no sólo esperes la mesa
tranquila mientras
en otros sitios del mundo chillan los asesinos.
Si no puedes soñar golpea los baúles polvorientos.
Si aún no sabes vivir no enseñes a vivir en vano.
Tritura la realidad,
Si aún no sabes vivir no enseñes a vivir en vano.
Tritura la realidad,
rómpete los zapatos auscultando las
calles,
no des limosnas.
Levántate y ayuda al mundo a despertar.
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